¡Hola viajeros! En este post os cuento mi visita al Istmo de Curlandia. Bañada por las frías aguas del mar Báltico, en Lituania se esconde una estrecha península conocida como el Istmo de Curlandia, con misteriosos bosques, enormes dunas y pueblos encantadores que hacen que este lugar sea llamado “La Perla del Báltico”.
Si tu viaje por Lituania te lleva hasta el mar Báltico, no pierdas la oportunidad de pasar un día en el istmo de Curlandia, un lugar lleno de naturaleza que presenta un ecosistema particular.
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Qué es el istmo de Curlandia
El istmo de Curlandia es una alargada y estrecha península de unos 98 kilómetros conectada al continente solo por un punto, y ese punto se encuentra en territorio ruso. Entonces… ¿esto está en Rusia? No, es una península que está compartida por ambos países.
Aunque la zona más conocida es la que pertenece a Lituania, el país báltico solo engloba la mitad de la península, la otra se halla en el enclave ruso de Kaliningrado, por donde conecta con tierra. El ancho del istmo varía de unos 4 km en su parte más ancha hasta los 500 metros en otras zonas, estando bañado por el mar Báltico en un lado y el lago de Curlandia en el otro. Con la siguiente imagen terminarás de tenerlo claro.
En cuanto a la población de la parte lituana, la localidad más importante es Nida, que junto con los pequeños pueblos de Juodkrantė, Preila y Pervalka forman el municipio de Neringa, con 3.000 habitantes.
Los profundos bosques llenos de misterio, sus tranquilos pueblos costeros de pescadores o las impresionantes dunas que te transportan al desierto son algunos de los motivos por los que merece la pena visitar el istmo de Curlandia.
Leyenda del istmo de Curlandia
Todo lugar rodeado de misterio que se precie debe tener su propia leyenda. En el caso de Curlandia, la gran cantidad de arena que compone el istmo sirve para referirnos a la que relata su formación.
Según la historia tradicional lituana, fue Neringa, una niña gigante la que formó el istmo cuando se le cayó la arena que traía en sus manos.
Cierta o no, la realidad es que el istmo de Curlandia es una de las zonas naturales más bonitas de Lituania; se trata de uno de los 5 parques naturales con los que cuenta el país báltico y está incluido en la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Cómo ir al istmo de Curlandia
Al estar compartido por Rusia y Lituania, a Curlandia se podría llegar por ambos países, si bien para entrar a territorio ruso es necesario tramitar el visado, mientras que por la zona lituana solamente hay que tomar un pequeño ferry desde Klaipeda.
Por lo tanto, la forma de llegar al istmo que yo utilicé fue en ferry desde la ciudad portuaria de Klaipeda. Aquí tienes dos opciones según la forma en la que vas a explorar el istmo.
Hay dos tipos de ferris en dos zonas distintas de la ciudad, uno es si vas solo como pasajero (o con bicicleta), y el otro si quieres cruzar con el coche para desplazarte fácilmente una vez allí, te dejo los dos puertos marcados en el mapa del final del post.
El Puerto Viejo (Senoji perkėla) es para pasajeros y bicicletas; desembarca en Smiltyné, al norte del Istmo.
El Puerto Nuevo (Naujoji perkėla) es para los vehículos y desembarca 2 km más abajo que el anterior.
Precios: 1€/pasajero o 12,30€/vehículo, se paga solamente en la ida. Comprueba aquí los precios actualizados.
Horarios: suele haber ferris cada 30 minutos, y el traslado dura menos de 10 minutos. Comprueba aquí los horarios.
Para entrar en el municipio de Neringa con vehículo hay que pagar un peaje, el cual cuesta 20€ en temporada alta y 5€ el resto del año (para coches), en moto siempre es 5€.
Si decides llegar a Curlandia como pasajero, que sepas que una vez allí también se pueden alquilar bicicletas o coger el autobús que pasa por los principales puntos del istmo.
Todo el istmo de Curlandia tiene sendas para cruzar en bicicleta de un extremo al otro, adentrándose en espectaculares bosques y senderos que hacen esta práctica muy tentadora. Además, el sendero está perfectamente señalizado, está separado del que utilizan el resto de vehículos y es sencillo de recorrer por sus escasas pendientes.
Mi consejo respecto a la forma de visitar el istmo es que, si quieres ver todo en un solo día como hice yo, debes de cruzar con el coche para poder ver todo tranquilamente y disfrutar de los lugares más interesantes. El alquilar una bicicleta lo recomiendo si vas con esa intención de hacer una ruta por la parte norte, o si vas a estar más de 1 día, con ese tiempo puedes dedicar el primer día para bajar hasta Nida y el segundo para volver parando en los lugares que te queden por visitar.
Qué ver en el istmo de Curlandia
El Parque Nacional del Istmo de Curlandia es una zona prácticamente virgen, con apenas unas pequeñas poblaciones. Además, aquí podemos encontrar contrastes impresionantes, la mayoría del terreno está ocupado por bosques donde es habitual encontrar ciervos, alces y jabalíes; mientras que por otra parte también hay inmensas dunas de arena.
Ahora voy a hablarte de los sitios más destacados para visitar en Curlandia y que se pueden ver perfectamente en un día.
La Colina de las Brujas
Lituania es un país lleno de rincones mágicos, pero uno de los que más me llamó la atención es la Colina de las Brujas.
Próximo al primer pueblo al que llegas tras entrar en Neringa, Juodkranté, se encuentra uno de los lugares más peculiares que recordaré de mi ruta por Lituania, la Colina de las Brujas (Raganų Kalnas).
Un escenario digno de cuento que te permite pasear por distintas leyendas e historias de la cultura lituana. Este lugar tan peculiar, con un toque de misterio que seguro te encantará, comienza con un sendero que se adentra en el bosque donde se encuentran 80 estatuas talladas en madera, estas representan extravagantes personajes del folclore y la mitología del país báltico. Las estatuas son obras de diferentes artistas que las han ido colocando en esta colina desde finales de la década de los 70.
Durante el recorrido te encuentras con diferentes personajes del folclore lituano, algunos con rostros tenebrosos que te harían salir corriendo en plena noche, pero lo cierto es que es un lugar muy curioso donde dar un agradable paseo.
El sendero se adentra en lo profundo del bosque hasta las mismas puertas del infierno, donde esperan dragones, demonios y brujas… Algunas de las estatuas que podemos buscar durante el recorrido son: el cuentacuentos, un personaje condenado a pasar la eternidad susurrando cuentos en los caminos; Neringa, la niña gigante que según la leyenda creó el istmo; o el Diablo que espera tras la puerta del infierno, donde corres el riesgo de que tu alma quede atrapada al cruzar su umbral; y, al final del sendero, un gallo con la descripción: “cuando el gallo canta, los fantasmas huyen”.
Este lugar, por esa aura misteriosa que le rodea, se ha convertido en el sitio ideal para que los lituanos rememoren en la víspera del solsticio de verano un evento pagano que se remonta varios siglos atrás.
De Juodkranté no hay mucho más que destacar, es un tranquilo pueblo donde alejarse de la turística Nida, con olor a pescado y un bonito paseo marítimo. En uno de los extremos se encuentra la Bahía del Ámbar, nombre que recuerda a la enorme cantidad de ámbar que se extrajo de este punto. Un poco más al sur también se ubica una de las mayores colonias de cormoranes y garzas de todo el país para el deleite de los amantes de las aves.
Reserva Natural de Nagliu
Tras dejar Joudkranté en dirección a Nida se llega hasta un pequeño parking donde se puede dejar el coche para conocer este espectacular lugar, porque… si piensas en los paisajes que puede ofrecer un país del norte de Europa como Lituania, seguro que el desierto no es lo primero en lo que piensas.
Se trata de una zona protegida y solo podemos caminar por el área señalizada, pero es más que suficiente para disfrutar de un paisaje desértico con las increíbles dunas que envuelven el lugar.
Si seguimos la pasarela señalizada, tras la cual tenemos que seguir avanzando por la arena, se llega hasta un mirador donde ver el lago de Curlandia.
Si vas en un día con mucho viento ten cuidado pues parece que estés en una tormenta de arena y se pone peor cuanto más te adentras en las dunas.
Nida
A tan solo 3 kilómetros de la frontera con Kaliningrado se encuentra el pueblo más turístico del istmo de Curlandia. Aunque no te asustes, no esperes ver masas de gente caminando por sus calles ni nada por el estilo.
El encanto de esta localidad reside en sus pintorescas calles y las casas de madera, adornadas con curiosas veletas y coloridos jardines.
En plano centro del pueblo puede verse un pequeño “paseo de las estrellas“ al más puro estilo Hollywood; una de las curiosidades que esconde el lugar y que sirve de homenaje al famoso festival de música “Ben, let’s sail to Nida” (Ben, pesquemos en Nida), cuya celebración da el pistoletazo de salida a la temporada de verano.
Aquí en Nida se encuentra una amplia variedad de restaurantes y hoteles, por lo que es el lugar ideal para disfrutar de la gastronomía lituana y el pescado típico del istmo. También se pueden visitar algunos museos como la Casa-museo de Thomas Mann, un escritor alemán premiado con el Nobel y que pasó varios veranos en esa encantadora casa; el Museo del ámbar, donde te explicarán que en las costas del Báltico es donde se los pescadores recogían esta preciada piedra tras las tormentas; y el Museo etnográfico del pescador.
En el pueblo también destaca el cementerio, con sus lápidas de madera talladas en forma de pictogramas siguiendo la tradición lituana.
Cerquita de Nida, de hecho se puede llegar andando por un sendero de 2 km, se encuentra la duna Parnidis, un montículo de arena de más de 50 metros de alto que ofrecen unas espectaculares vistas de ondulantes dunas que se adentran en territorio ruso. En la parte superior de la duna también se encuentra un enorme reloj solar y bajo la misma el trono de Neringa.
Dónde comer en el istmo de Curlandia
Kavine Kursis
Este restaurante no es nada caro y las raciones son bastante grandes, ofrece todo tipo de comida lituana y opciones de pescado típicas de la zona de Curlandia, así como platos más internacionales para todos los gustos. Toda la carta viene con fotos de los platos para que no tengas que estar traduciendo los menús.
Lo que comí: pan negro con ajo y nata agria (Kepta Duona) para compartir, pasta con pescado y cerveza Svyturys
Precio: 10€
Don Vito
Es otro de los restaurantes más recomendados de Nida para probar la comida local.
Y hasta aquí este post sobre mi visita al istmo de Curlandia, una escapada que te recomiendo incluir en tu viaje por los países bálticos ya que se trata de un paraje único donde ver profundos bosques, espectaculares dunas y encantadores pueblos de pescadores. A mi el lugar me encantó ya que contrasta mucho con el resto del país, por no hablar de que la Colina de las Brujas me pareció una pasada ¿te gustaría conocerlo?
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Cómo mola, lo de la Colina de las brujas parece de cuento y jamás pensé que en Lituania pudiera haber nada parecido a un desierto.
Yo de allí solo estuve 1 día en Vilnius en una ruta que hice por las 3 capitales bálticas, pero ojalá volver y dedicarle más días para descubrir lugares como éste.
Hola José Antonio! A mí este sitio me encantó, si te gustan los parques naturales aquí encuentras de todo. Te animo a volver a conocer el istmo y otros sitios como Trakai o la Colina de las cruces 🙂