¡Hola viajeros! En mi viaje por Lituania visité un lugar único e incomparable, la colina de las Cruces. Un sitio completamente lleno de cruces; cientos de miles de estos objetos amontonados que simbolizan la fe y resistencia del pueblo lituano frente a las invasiones que ha sufrido a lo largo de su historia.
Seguro que te estás preguntando ¿qué hacen tantas cruces apiladas aquí? La colina de las Cruces es uno de esos curiosos y extraños lugares que considero imprescindibles en una ruta por Lituania o los países bálticos. Si no habías oído hablar de este peculiar lugar, prepárate para conocer su historia y mi experiencia en esta colina repleta de cruces.
VER TODOS LOS POSTS DE LITUANIA
Historia de la colina de las Cruces
El origen de este lugar está rodeado de mitos que dificultan encontrar la verdadera historia; algunas fuentes aseguran que esta colina era un lugar de culto pagano previo a la cristianización del país, pero la historia más extendida relata que las primeras cruces las colocaron los familiares de los guerreros que murieron en una gran batalla contra los caballeros Teutones, quienes querían invadir Lituania en la Edad Media para cristianizar los países bálticos.
De esta forma las primeras cruces aparecieron en el siglo XIV, pero sería muchos años más tarde, en el siglo XIX, cuando se multiplicaron tras los sangrientos levantamientos contra el imperio de los zares.
Lituania en esta época, tras disolverse la Mancomunidad polaco-lituana, estaba ocupada por el imperio ruso. Como los lituanos no podían recuperar los cuerpos de los caídos por la represión zarista, comenzaron a colocar cruces en su memoria en este lugar.
Sin embargo, el tramo histórico de más importancia de esta peculiar colina vendría tras la Segunda Guerra Mundial. Durante la dominación soviética, colocar una cruz en este lugar era motivo de arresto, ya que los rusos lo consideraban como una afrenta contra el régimen comunista.
Esto no frenó al pueblo lituano, que seguía yendo a este lugar para conmemorar con cruces a los miles de asesinados por el régimen. Por ello, la colina fue derribada en repetidas ocasiones: quemada, destruida, convertida en vertedero y declarada falsamente como zona de transmisión de la rabia prohibiendo el paso de todo el mundo; pero siempre, al día siguiente de su destrucción, aparecían más cruces. Así, las cruces se convirtieron en símbolo de resistencia contra la ocupación.
En la década de los 90 la colina contaba con ya con más de 40.000 cruces, un número que se elevó de forma desorbitada tras la independencia de Lituania en 1991 y la visita del papa Juan Pablo II años más tarde, quién dejó el mensaje: “Gracias, lituanos, por la colina de las Cruces, que da testimonio de la fe de su pueblo”.
Actualmente, los peregrinos añaden más y más cruces cada día y también es tradición entre los recién casados.
Cómo llegar a la colina de las Cruces
La famosa colina (Kryžių kalnas) se encuentra a 10 kilómetros al norte de Šiauliai, la cuarta ciudad más grande de Lituania, que está bien comunicada con Vilna por transporte público.
Para llegar a la colina de las Cruces en transporte público sale una línea desde la estación de autobuses de Siauliai en dirección Joniskis. Tienes que bajarte en la parada de Domantai, donde tendrás que recorrer 2 km a pie hasta la colina.
El horario del bus es: 08:25, 10:25, 11:00, 12:15, 13:10, 2:15, 15:40, y 17:05.
También es común ir en taxi, que según la oficina de turismo debe costar sobre unos 20€, incluyendo una parada de más o menos 1 hora en la colina de las Cruces.
En mi caso no me hizo falta ninguna de estas opciones pues había alquilado un coche para recorrer el país, ese día salí desde Vilna y tras varias paradas llegué prácticamente al atardecer a la colina de las Cruces.
Había leído que hay un parking de pago (1€) pero no lo encontré y dejé el coche en la orilla de la carretera justo donde comienza el sendero, había aparcados allí unos pocos vehículos más y como dice el dicho “donde fueres haz o que vieres” no lo pensé demasiado por la hora que era.
El acceso a la colina es libre, aunque hay un centro de visitantes por si quieres pedir información, ir al lavabo o comprar algún souvenir.
Visita su página web si quieres más información.
La colina de las Cruces
Hoy en día, el lugar se ha convertido en reclamo de peregrinos y turistas que quieren comprobar cómo estas cruces son testimonio de la fe y resistencia del pueblo lituano.
No se sabe a ciencia cierta cuántas cruces hay en la colina, según donde te informes los números varían desde 100.000 hasta medio millón de cruces, en cualquier caso no está la cosa para ponerse a contarlas. Las hay de todos los tipos y tamaños: grandes y pequeñas, de madera o de metal, acompañadas de flores, fotografías o recordatorios, etc.
La primera impresión que tuve al bajarme del coche es que no parecía tan grande como me habían contado, para tener casi medio millón de cruces como dicen algunos no parecía un lugar tan enorme ni exagerado. Pero conforme me fui acercando, una selva de creuces crecía más y más, amontonándose hasta no dejar a la vista prácticamente ningún espacio libre.
La entrada a este santuario te recibe con un imponente Cristo crucificado, y a su espalda, apenas una pequeña escalera de madera surge de la colina para adentrarte en un bonito caos y verte completamente rodeado por un mar de cruces.
Según avanzas entre la inmensa acumulación de cruces surgen pequeños senderos que permiten descubrir miles y miles de estos símbolos, cada una con sus propias historias y notas escritas en diferentes lenguas de todos los rincones del planeta. Y no solo cruces, también se encuentran figuras de la Virgen, esculturas, imágenes, y otros símbolos religiosos.
La colina de las Cruces fue uno de los lugares que más me sorprendieron durante mi viaje por Lituania, y la lista de sitios poco comunes que vi en este país no es corta. Me pareció un lugar sobrecogedor, único y con un toque de misterio que te rodea cuando caminas por sus estrechos senderos acompañado por un silencio absoluto.
Esta colina se ha erigido en el norte de este país báltico como un lugar sagrado que ha visto renacer a una Lituania libre, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y fe del pueblo lituano.
Aquí termina este post sobre mi visita a la colina de las Cruces, un sitio especial, independientemente de las creencias de cada uno, que merece la pena visitar y conocer su valor simbólico, en la historia de un país que buscó la libertad a través de la resistencia y la fe que representan estos símbolos. Un lugar que deberías incluir en tu visita a los países bálticos.
Si tienes cualquier duda puedes escribir abajo en los comentarios y te contestaré lo antes posible. ¡Ah! Y no olvides seguir mis viajes en Instagram , Facebook , Twitter o Youtube .
Si tienes alguna duda, ¡pregunta en comentarios!
Gracias por tu trabajo. Quería mostrar mi decepción con el hostel Filaretai, en el que me iba a alojar gracias a tu recomendación. Hice la reserva por Booking, les mandé un mensaje para confirmar algunas cosas típicas (si es necesario reservar el parking, si habría alguien a mi llegada o tengo que entrar con un código de seguridad, etc.) y me respondieron diciéndome que mis mensajes tienen muy mala calidad, que no se entienden bien, que parecen agresivos y que no quieren alguien como yo en su hostel, y me cancelaron la reserva de Booking.
Es increíble que haga eso con una persona que simplemente está intentando apañárselas como puede en un idioma que no es el suyo. En mi caso, al contrario que para la mayoría que aprender inglés como segundo idioma (en España, digo) para mi fue el cuarto. Siendo el cuarto, es normal que mi dominio no sea bueno, hablo muy poco y mal, y uso el traductor para enviarle los mensajes. De ahí que la traducción sea mala, que haya palabras fuera de contexto, cosas que no se entienden, etc. Y aunque les explique esto en el primer mensaje para que entendieran el motivo por el que igual los mensajes eran raros, me dijeron esa estupidez, cancelándome la reserva por preguntas planteadas de una manera poco agradable según ellos.
Así pues, no recomiendo este sitio para nada, ya que cancelaron la reserva dejándome en la calle pocos días antes de mi viaje sin ninguna lógica ni explicación más que esa de que mis mensajes eran raros y negativos, según ellos.