Escrito por: IRENE (@IRENVM)

¿Por qué Sri Lanka? Esta es la pregunta que mucha gente me hizo al saber que entre todos los destinos asiáticos, había elegido Sri Lanka para mi primera vez en este continente.

Y yo pensé, ¿y por qué no? En la llamada “lágrima de la India” hay playas paradisíacas, templos budistas, puedes ver muchos animales en libertad y hay un verde selvático infinito.  Es un país de enormes contrastes, pero sobretodo, recordaré Sri Lanka como el país y el viaje donde hice realidad muchos sueños, y donde contemplé el atardecer más brutal hasta la fecha.

Sri Lanka, mi primera vez en Asia

Hace apenas un mes que volví y ya me parece que ha pasado una eternidad, como despertar de un sueño. Una amiga y yo, las mochilas y una ruta planeada por nosotras mismas. Quisiera revivir ya mismo cada mágico instante: la paz de sus playas al atardecer, el silencio en la cima de sus montañas o la emoción de recorrer los campos de té en ese conocido tren.

Hicimos una ruta circular por el país en 13 días (sin contar con los dos días para los vuelos). Empezando por las ruinas del norte y su triángulo cultural, y siguiendo hacia las tierras altas en el centro de la isla, para acabar bajando hasta el sur y volver a subir: Negombo-Mihintale-Anuradhapura-Polonnawura-Kaudulla safari-Sigiriya Lion Rock y Piridungala Rock-Kandy-Nuwara Eliya-tren a Ella-Mini Adam´s Peak y Nine Arch Bridge en Ella-Yala-Udawalawe-Mirissa-Unawatuna-Hikkaduwa-Colombo.

Nine Arch

La realidad es que en estos viajes no todo es del color de rosa, y menos si viajas alojándote en lugares locales. Pasas por momentos en los que te chocan ciertas cosas, y te acostumbras a vivir el día a día con lo básico y las comodidades mínimas. Pero eso te enriquece, y ya estoy deseando volver a hacer un viaje del estilo.

Sri Lanka Es un país muy seguro, la gente es muy amable con el turista y está siempre a tu disposición. Aun así, recomiendo pasar el mínimo tiempo posible en las ciudades, y disfrutar de su naturaleza. También recomiendo ir en temporada baja como hicimos nosotras.

Palmera

Pienso que los viajes no se miden sólo por lo bonito del lugar, si no por nuestras vivencias, sentimientos y experiencias. Y a mí en este viaje se me saltaron las lágrimas de la emoción al menos tres veces. Soy una gran amante de los animales y ciertas experiencias son sueños viajeros cumplidos para mí.

Una de ellas fue haciendo el safari de Kaudulla, cuando pude ver elefantes en libertad por primera vez. Poder ver su comportamiento en manada, como si de un documental de National Geographic se tratase, fue una experiencia preciosa.

Kaudulla

La segunda fue avistando a la ballena azul, el animal más grande del planeta, en Mirissa (recomiendo la compañía Raja & the whales que hacen un avistamiento responsable).  Además, pudimos avistar otro tipo de ballenas y delfines. Su tripulación te explica muy bien todo sobre las ballenas y sobre las normas para molestarlas lo mínimo posible. Pienso que hay que apostar siempre por un turismo responsable con los animales.

Y por último no pude evitar llorar cuando liberé unas tortugas de un centro de conservación al mar…ver cómo siendo tan minúsculas e indefensas, no dudaron en ir en su dirección en cuando las dejé en la arena. Pensar que aún con la labor de conservación de los huevos hasta que nacen, sólo un 25% de ellas sobreviven me hizo tener unos sentimientos encontrados. Deseaba protegerlas, pero tenía que dejarlas libres.

Tortuguita

Pero si no eres tan amante de los animales, hay otros motivos para visitar este país. Sus playas son famosas para hacer surf, snorkel para ver tortugas (enormes por cierto) y también son un lugar ideal para pasar 3 o 4 días de relax y conocer otros viajeros. Por ejemplo, me habría quedado semanas en Unawatuna, con un ambiente ideal y una playa perfecta para bañarse. O en Hikkaduwa, donde era feliz a remojo entre tortugas y viendo unos atardeceres mágicos.

Aunque para atardeceres el de Galle, que ya es conocido como un must a hacer si viajas a Sri Lanka: ver el atardecer desde el fuerte de Galle. No daba crédito a los colores tan intensos que estaba viendo. Instantes que quedan grabados para siempre en la retina, sin duda.

Atardecer en Galle

Por otro lado, siempre he sido más de naturaleza que de ciudad, pero sus ruinas budistas te hacen transportarte a otra época. Además, en muchas de ellas puedes ver a gente local realizando ofrendas y ponerte un poco más en la situación de este país. Mi preferida, Polonnawura, unas ruinas al estilo “El libro de la selva”… sí, porque encima hay monos por todas partes smile

Polonnawura

Para sentirte pequeñito ante la inmensidad de la naturaleza, son imprescindibles las visitas a la Lion Rock y Pidirungala Rock en Sigiriya, y al mini Adams Peak en Ella. Mires donde mires es todo verde, paz, silencio… Cierro los ojos y puedo volver a sentir esa brisa que te hacía refrescar después de sudar hasta subir arriba, y ese sentimiento de querer parar el tiempo. Si te gusta el senderismo tienes rutas más largas como Ella Rock o el Adams Peak (de unas 6 horas).

Y qué decir de las tierras altas, sus campos de té, la ciudad de Ella con el Nine Arch Bridge y el trayecto en tren más bonito del mundo. Por unos instantes agradeces ese clima fresco, lluvioso y esa niebla que le da un toque más interesante al lugar. El tren en recorrido Nuwara Eliya a Ella son 3 horas para realizar 50 km, pero creedme que no quieres que acabe nunca. No podía dejar de estar asomada a una de sus puertas admirando las montañas con sus campos de té, esa sensación de libertad infinita engancha tanto que no querrás estar sentado ni 5 minutos.

Tren Sri Lanka

Espero que después de leer estos párrafos, hayas podido trasladarte un poquito a este país, y hayas añadido Sri Lanka a tu bucket list viajera. Yo solo puedo agradecer a la vida la oportunidad de vivir tantas cosas allí.

¡Gracias Sri Lanka, por tanto!

Instagram: @irenvm, sigue sus viajes y sus increíbles fotos