Escrito por: MARIBEL MARTÍNEZ GÁZQUEZ (@MARYPOP_1)
¿Por qué Suecia? No es un país que mucha gente se decida a visitar, y menos en Diciembre… “Con el frío que tiene que hacer allí” me decían. Sin embargo, aunque no tiene la fama de Londres o París, es mi capital europea favorita hasta el momento.
Después de pasar unos días en Jonkoping y Gotemburgo, no quería irme de Suecia sin visitar su capital. Estocolmo es conocida como la Venecia del norte o de Escandinavia, esta ciudad esta compuesta por varias islas y penínsulas, todas conectadas por puentes y ferris. Aunque ir de una isla a otra en barco puede sonar romántico, la verdad es que no es muy práctico, se puede llegar más rápido a pie cruzando sus numerosos puentes.
Llegue un 18 de diciembre y la bofetada de espíritu navideño fue considerable. Había luces por todas partes… y pistas de patinaje sobre hielo… y árboles de Navidad en cada plaza y esquina. Soy una apasionada de la Navidad y solo con ver este espectáculo mereció la pena el frío que pasé.
Lo primero que visité fue el ayuntamiento de la ciudad. Situado en terreno firme, sin adentrarnos aun en ninguna isla, pero al filo de unos de sus canales. De hecho, su patio acaba repentinamente en el agua.
Recomiendo disfrutar de una visita guiada por este lugar durante todo el recorrido, ya que el ayuntamiento de Estocolmo tiene curiosidades fascinantes que no te puedes perder.
Los lugares que más me gustaron fueron los salones Azul y Dorado, en los cuales se celebran cada año la ceremonia y el baile de los premios Nobel. También me sorprendió la escalinata del salón azul, especialmente diseñada para que las asistentes a la gala puedan bajar por ella con sus vestidos de gala y tacones sin tropezar.
En cuanto al Salón Dorado, que debe su nombre a que está completamente cubierto por este material, comentar que está prohibido tocar las paredes pero obviamente no me pude resistir.
A estas alturas del viaje, ya me pude hacer a la idea de la forma de ser o de vivir de la gente local. Si que es cierto que me parecieron algo serios, pero sin duda, es el país mas cívico que he visitado. La seguridad es absoluta y confían plenamente en que las personas harán lo correcto sin necesidad de vigilancia y eso me resulto muy reconfortante.
Una cosa que me gusta hacer en mis viajes es visitar los palacios reales y los cambios de guardia si los hay. El cambio de guardia de Estocolmo me encantó, cañones incluidos ¡No te lo pierdas!
Después de esto fui a la isla principal de Estocolmo, entre los lagos de Mälaren y Saltsjön. Esta isla es mi favorita, no me deje un rincón sin explorar. Mi cara al ver el mercado navideño en la plaza de Gamla Stan no tiene precio.
Podría estar horas hablando sobre esta ciudad, pero no quería terminarlo sin mencionar dos actividades que ofrece la ciudad y que encontré curiosas. Una de ellas es visitar el Vasa Museum, construido alrededor de un barco original del siglo XVII y que naufragó en su viaje inaugural. Nada que ver con el Titanic, éste ¡sólo recorrió un kilómetro! Yo ya me imaginaba en él surcando mares y haciéndome una idea de la vida abordo. Espectacular.
La vida nocturna es algo de lo que disfrutar de la ciudad. En cada isla y península hay pubs y bares en los que tomar una cerveza en un ambiente relajado y distendido. Pero si tengo que elegir uno de ellos me quedo con el “Absolut ice bar”. Un bar completamente hecho de hielo (hasta los vasos). La temperatura dentro de -5º. Tienes a tu disposición una capa especial y guantes para las bajas temperaturas. Aun así merece la pena la visita.
Con respecto a la temperatura y el clima, aunque sea frío y por estos lados no estamos acostumbrados a eso, el país entero esta acondicionado y preparado para ello. Por lo que este motivo no te quite las ganas y la ilusión de visitar este maravilloso país en esta época del año.
Con Suecia fue un amor a primera vista y no veo el momento de volver.
