Bienvenidos a una de las rutas más espectaculares de Marruecos, en la que cruzamos el Atlas para llegar hasta el desierto de Merzouga mientras descubrimos paisajes únicos, kasbahs de otro tiempo y la magia del Sahara que nos espera en esta aventura.

VER TODOS LOS POSTS DE MARRUECOS
El viaje lo realizamos con la empresa viajesmarruecos4x4, ya os iré contando durante la ruta, nosotros fuimos con Hassan y la experiencia fue maravillosa, para repetir.
Si queréis ver cómo vivimos esos días en el desierto no os perdáis el siguiente vídeo antes de continuar leyendo el post.
Nuestra ruta de 5 días por esta zona de Marruecos arranca a las 9 de la mañana desde el riad donde nos hospedamos en Marrakech. Nada más entrar en la zona del Atlas hacemos alguna parada para ver algunos pueblos que viven en la montaña y también otra rápida por si queremos ver cómo trabajan el aceite de Argán y nos explican los múltiples beneficios que este “oro líquido” tiene para el cuerpo y su uso culinario.
Hasta que llegásemos al desierto la ruta tiene bastantes kilómetros, así que he de reconocer que la ruta estaba muy bien organizada para ir parando en lugares muy bonitos y que no se hiciera pesada. Siguiente parada el puerto de Tizi N’Tichka y las fabulosas vistas panorámicas que nos regala. El Alto Atlas de Marruecos es el sistema montañoso que recorre todo el noroeste de África, desde Túnez, pasando por Argelia y llegando a Marruecos a lo largo de 2.400 kilómetros.
Hoy recorremos una de las rutas más emblemáticas del sur de Marruecos: la Ruta de las Mil Kasbahs. En cada curva del camino aparecen fortalezas de adobe que parecen sacadas de otra época. Nuestra primera parada: la Kasbah Amridil, construida en adobe con torres almenadas, situado en el corazón del valle de las palmeras con un gran oasis. En su interior un guía local, en nuestro caso Rida, nos mostró un pequeño museo bereber con instrumentos agrícolas de la época y objetos de la vida cotidiana, además de hacernos un tour por todas las salas. Sinceramente Rida fue muy amable y divertido, nos lo pasamos muy bien el rato que estuvimos allí.

Construida en el siglo XVII, la Kasbah Amridil es una de las mejor conservadas de Marruecos. Este tipo de construcciones servían como fortalezas y residencias de familias nobles bereberes. Aquí dentro es fácil imaginarse la vida hace siglos, con sus patios interiores, pasillos laberínticos y vistas impresionantes desde las torres.
Continuamos hacia el impresionante palmeral de Skoura y la zona conocida como el valle de las rosas. El Valle de las rosas es llamado así por la gran producción de la rosa damascena que se da aquí y es en mayo con las fiestas del pueblo, donde literalmente todo se llena de pétalos de rosa. El Festival de las Rosas es en mayo, normalmente en la primera semana, donde se celebran danzas, cantos y lluvia de pétalos. Siendo típico el baile de la Ahwash para celebrar el fin de la recolección.
En lo más profundo del valle se puede divisar el río Dades, el cuál ha esculpido durante millones de años los escarpados cañones rojizos en plena cordillera del Atlas, originando estos bellos paisajes de coloridas paredes verticales.
En el segundo día de ruta dejamos atrás este pedazo de alojamiento en Dades poner rumbo a uno de los lugares más destacados de esta zona del país, las gargantas del Todra.
El lecho del río ha formado una garganta con paredes verticales de enormes proporciones y de gran belleza, siendo reconocidas las Gargantas del Todra como uno de los cañones rocosos más espectaculares del mundo. Esta maravilla natural ha sido tallada durante siglos por el cauce del río Todra, formando enormes paredes verticales de más de 100 metros de altura.
Estamos en el Valle del Dades, ste valle es una de las mejores zonas para ver cómo la naturaleza y la cultura bereber conviven en perfecta armonía. En nuestra siguiente parada Hassan nos llevó con unos amigos para que nos vistieran con la ropa típica bereber. Es verdad que es solo para la foto pero no nos quedaba nada mal.

Llevamos un rato acompañados en nuestro camino por la zona más rica de producción de dátiles del Valle del Draâ, donde cada octubre/noviembre en la época de recolecta, se trasladan a Erfoud para hacer la feria de estos ricos dulces.
Tras esto, llegamos al desierto.

En lo más profundo del Sáhara marroquí, donde el sol tiñe de oro las dunas infinitas, se esconde un lugar mágico: el desierto de Merzouga, Erg Chebbi. Un mar de arena bajo un cielo estrellado, donde la cultura bereber y la inmensidad del desierto se unen en una experiencia única.
El desierto de Merzouga (o dunas de Erg Chebbi) es uno de los paisajes más impresionantes de Marruecos. Es el más cercano a la frontera con Argelia y se sitúa en el extremo sureste de Marruecos. Este es uno de los muchos pequeños desiertos que forman el grandioso desierto del Sahara.
La primera vez que estás en el desierto sientes una mezcla de asombro y respeto. Este lugar impone de verdad, es inmenso y el paisaje parece irreal, como si te hubieras colado en un sueño hecho de arena. El silencio es profundo y el sol lo tiñe todo de tonos cálidos. Y cuando subes a la cima de una duna y ves el mar de arena extendiéndose hasta donde alcanza la vista… entiendes que hay lugares que no se pueden explicar, solo vivir.
Después de un cálido recibimiento en el campamento con un té con menta, tienes tiempo para pasear por las dunas y salir en busca del atardecer perfecto.
Todo se vuelve más lento, más suave. El sol empieza a descender, y el cielo cambia de color poco a poco. Hay algo muy profundo en ese momento. Es sencillo, pero inmenso. Sientes paz, gratitud, y una conexión rara con todo lo que te rodea. Es como si el desierto te abrazara con su luz antes de dormirse.
Cuando regresamos al campamente nos espera una excelente cena a base de productos locales. El colofón a la noche lo pone un agradable rato alrededor de una hoguera disfrutando de la música tradicional bereber bajo el cielo estrellado.

Y si antes contemplamos un impresionante atardecer sobre las dunas, también podemos observar cómo arranca el día poco a poco creando un juego de colores con las sombras único en el mundo. La arena comienza a vestirse con tonos rojizos y anaranjados tan vibrantes que parecen sacados de un sueño. Al fondo, por donde sale el Sol, vemos la frontera natural con Argelia a escasos km.

Después de un buen almuerzo tomamos de nuevo asfalto, saliendo hacia la ciudad de Rissani.
Rissani, es una ciudad muy importante de carácter comercial, donde cada martes, jueves y domingo celebran un mercado en el que los pueblos de la zona y los nómadas del desierto hacen sus compras de víveres para la semana.
Aunque es un mercado bastante local, en todos los viajes al desierto es “parada obligada” acercarse a verlo. Aquí se puede encontrar desde ropa, cosméticos y comida de todo tipo, a bicicletas, burros y cabras. Nosotros solo compramos unas pocas especias. Antiguamente, era paso de caravanas de esclavos, donde los traían a este mercado para que alguien los comprara por el mejor precio posible.
Y a continuación nos esperaba una sorpresa, ver un lago en el desierto.

Nos acercamos a Merzouga un momento antes de seguir con nuestra ruta. Merzouga es uno de los pueblos que abre las puertas hacia un pequeño desierto que limita con Argelia llamado Erg Chebbi, que es uno de los muchísimos desiertos de arena que conforman el Sahara (de hecho, el término erg hace referencia a una región arenosa o mar de dunas) y la palabra Chebbi se refiere al color rojizo-anaranjado que tiene, por ello podéis escuchar que se refieren a esta zona como desierto de Merzouga o de Erg Chebbi, ambos términos parecen correctos.
Toda esta zona por donde vamos pasando es mayoritariamente de etnia bereber, amazigh sería el término más correcto, aunque se mezclan también otras culturas que incluso tienen su dialecto particular.
Visitamos ahora Khamlia, pueblo cuyos habitantes son originarios de Mali, donde podremos relajarnos con una taza de té mientras se escucha un concierto de música gnawa.
Después de comer teníamos la opción de dar una vuelta en dromedario por las dunas, pero como ya he comentado le pedimos otra alternativa y fuimos a dar una vuelta en 4×4 por la zona de Erg Chebbi con Youssef, una persona encantadora y que nos hizo pasar una tarde memorable.
Comenzamos por una visita para ver antiguos fósiles marinos, entendimos la distribución de los cementerios de su cultura y visitamos una antigua mina desde donde podíamos contemplar el original poblado de Merzouga.
Después pasamos un rato con una familia bereber y pusimos rumbo a las dunas de Erg Chebbi, Youssef nos sorprendió ayudándonos a ver zorros del desierto y luego nos lo pasamos genial con el coche por las dunas. Incluso hicimos sandboarding.

Tras disfrutar de estos mágicos momentos toca poner rumbo de nuevo a Marrakech, pero lo hicimos por una ruta distinta.
Volvemos a poner rumbo a Rissani, pero esta vez pasaríamos de largo para iniciar nuestra vuelta a Marrakech, no antes sin hacer una parada en la puerta del desierto y a contemplar algunas de las acacias que hay por el camino.

Nuestra siguiente parada sería en las afueras de la ciudad de Nkob conocida por la artesanía de sandalias en cuero que ya hemos visto en multitud de mercados. Aquí paramos a comer con unas vistas super chulas al palmeral y la ciudad de Nkob.

Tras esto hacemos también una breve parada en Afra, en el Valle del Draa, para admirar las hermosas kasbahs de adobe y varios pueblos bereberes que surgen en el camino.
Cruzaremos el Anti Atlas descubriendo algunos pueblos de la región presahariana que marcan el límite de la zona oriental del Anti Atlas, viendo algunos escenarios que aparecieron en la película Babel.

Nuestro objetivo de hoy era hacer noche en la ciudad de Ouarzazate, conocida como la antesala del gran desierto del Sáhara, aunque para nosotros sería más el cierre de esta aventura. Recordamos cómo pasamos por aquí el primer día con la emoción de vivir una gran aventura que sin duda ha merecido la pena.
En cuanto a los lugares que podemos visitar en Ouarzazate, vamos a estar un ratito solamente así que nos dirigimos a La Plaza Al Mouahidine, con cafeterías, restaurantes y comercios. En uno de los costados de la Plaza Al Mouahidine se encuentra la Puerta de Al-Mouahidine, una llamativa puerta moderna realizada en adobe que da acceso a los zocos y medina de la ciudad. Desde la plaza puedes acceder al zoco, donde deambular durante un rato entre los puestos de comerciantes.
Ouarzazate, con sus estudios de cine y su bonita Kasbah Taourit, supone una parada imprescindible en esta ruta. Durante la época colonial francesa, Ouarzazate cobró gran importancia al convertirse en un puesto avanzado y a partir de la década de 1950, la ciudad comenzó a atraer a importantes estudios de cine, consolidándose como un referente en la industria cinematográfica a nivel mundial.
Entre sus principales atractivos destacan las impresionantes fortificaciones de adobe de estilo bereber conocidas como kasbahs, siendo la más emblemática la Kasbah Taourirt, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Para los más cinéfilos, en Ouarzazate se encuentra tanto el Museo del Cine, cerca del centro, como los famosos estudios de cine Atlas, ubicados a las afueras de Ouarzazate. Se pueden visitar y realizar un recorrido por las grandes producciones que aquí se rodaron como Star Wars, Lawrence de Arabia, La Momia, Gladiator, Juego de Tronos, Babel, Astérix y Obélix, Prison Break o Juego de Tronos, entre otras.
Tras pasar la noche en Ouarzazate volvemos al coche y llegamos al ksar de Ait Ben Haddou, uno de los lugares más fascinantes de Marruecos situado a los pies de la cordillera del Atlas.
La ciudad de Ait Ben Haddou fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987, y una de las más antiguas y mejor conservadas de Marruecos.
Ait Ben Haddou, está dividida en dos partes: la ciudad antigua (que sería el ksar) y la ciudad nueva, separadas por el cauce del río Ounila. Visitar el Ksar Ait Ben Haddou es hacer un viaje en el tiempo, este lugar fue en su día una importante fortaleza levantada para defender las cosechas y palmerales cercanos, así como servir de lugar de paso de las caravanas que atravesaban el desierto del Sáhara en sus rutas comerciales.
La ciudadela es un auténtico laberinto de casas, pasadizos y torreones defensivos que conforman una joya de adobe. Lo mejor que hacer en Ait Ben Haddou es perderse por sus callejuelas empedradas e ir subiendo las escaleras hasta la parte más alta de la ciudad, para contemplar una bonita panorámica. Desde aquí se tiene una visión del inicio del desierto y de las cumbres del Atlas.
Entre sus casas, seguro que alguna llama más la atención. En total, hay alrededor de seis kasbahs, algunas de las cuales pueden visitarse pagando una entrada. También encontrarás algún museo, pero, sobre todo, numerosos locales donde los comerciantes almacenan su mercancía o la exhiben, y también muchas tiendas de souvenirs.

Nuestro camino de vuelta a Marrakech nos lleva de nuevo por el puerto de montaña de Tizi n’Tichka, uno de los pasos de carretera más espectaculares de Marruecos, con curvas pronunciadas y vistas panorámicas impresionantes, deshaciendo el mismo camino que tomamos hace 5 días con los nervios del comienzo de esta gran aventura que ahora está llegando a su fin.

Y hasta aquí este primer post de la guía de qnuestra excursión al desierto de Marruecos, uno de los lugares más mágicos de este país. Espero que te haya resultado interesante este artículo, y de verdad que os recomiendo muchísimo hacer la ruta con viajes-marruecos 4×4, decir que nos encantó es quedarse corto ![]()
¡Ah! Y no olvides seguir mis viajes en Instagram , Facebook , Twitter o Youtube .
Si tienes alguna duda, ¡pregunta en comentarios!
















