El castillo de Bouzov y la Orden Teutónica

¡Hola viajeros! En este artículo os hablo de otra de las perlas de la República Checa. En pleno centro de la región de Moravia se alza majestuoso el castillo de Bouzov, una de las fortalezas mejor conservadas del país que entre sus muros guarda historias de los caballeros de la Orden Teutónica.

Si te gusta visitar antiguos castillos rodeados de densos bosques y montañas para sumergirte en paisajes de cuento, el castillo de Bouzov es uno de esos lugares que no te puedes perder. Muchos viajeros visitan la República Checa y apenas salen de los límites de Praga; sin embargo, los interiores de este país guardan auténticas maravillas como pueblos medievales, grandes bosques y antiguas fortalezas como la que presento en este post. Comenzamos con esta visita al castillo de Bouzov. 

A diferencia de otras grandes fortalezas medievales, la de Bouzov nunca cayó en ruinas. El castillo de Bouzov fue construido a principios del siglo XIV por una familia noble de la que deriva el nombre de la fortaleza, un aristócrata de Moravia llamado Buz, para proteger las fronteras y las rutas comerciales entre Olomouc y Bohemia. Tras esto numerosas familias estuvieron a cargo de la fortaleza, otro de sus dueños destacados fue el Rey Checo Jorge de Podiebrad, que reinó entre 1458 y 1471.

En el siglo XVI sufrió un gran incendio por motivos financieros de los propietarios, y no llegó a reconstruirse completamente hasta el siguiente siglo.

Entre los años 1618 y 1648 la Guerra de los Treinta Años convirtió esta fortaleza en una prisión para los cautivos suecos. Sería a finales del siglo XVII cuando el castillo pasó a manos de los caballeros teutones, quien lo mantuvo hasta la Segunda Guerra Mundial cuando fue confiscado por los nazis.

En cuanto a sus propietarios más destacados, la Orden Teutónica se fundó en tiempos de las cruzadas en 1190 en Palestina, aunque al principio su función fue crear hospitales en Tierra Santa enseguida fue renombrada como una orden militar para luchar contra los sarracenos. Unos cientos de años después se trasladaron a Europa, donde participaron en numerosas contiendas en el centro del continente. A principios del siglo XIII la Orden llegó a Bohemia y se estableció en Praga, donde fundó un hospital para después expandirse por todo el territorio de Bohemia y Moravia. Actualmente la Orden sigue en funcionamiento centrándose en actividades como la previsión de hospitales y la educación.

En cuanto a la Segunda Guerra Mundial, parece que el propio comandante de las SS, Heinrich Himmler, también encontró encantador este casillo y lo confiscó a la Orden Teutónica para usarlo como base y almacén nazi.

Posteriormente, al finalizar la guerra, pasó a ser gestionado por el Estado, como continúa hasta la actualidad.

Hoy en día, tras varias reconstrucciones los estilos que predominan en la fortaleza son el gótico y renacentista, a causa de una gran reforma que realizó a finales del siglo XIX el Gran Maestre de la Orden Teutónica Eugene von Habsburg, a través del arquitecto Hauberisser.

Éste fue un gran desafío para él, ya que se le encomendó la tarea de reconstruir la fortaleza para que diera la impresión de ser un castillo medieval, pero también tuvo que equipar el interior para que a la vez fuera del agrado de los caballeros teutones.

La forma más fácil de llegar a este lugar, igual que a otras fortalezas y pueblos de la República Checa, es con un coche de alquiler. El castillo se encuentra a solo 33 kilómetros de la ciudad de Olomouc, otro punto imprescindible si haces un road trip por el país, y se tarda sobre media hora en llegar al pueblo de Bouzov. Lo recomendable es buscar algún aparcamiento en el pueblo y subir andando hasta el castillo, el parking suele costar sobre unos 2€. Aquí os dejo un enlace a Rentalcars, la empresa con la que alquilé el coche para mi viaje por la República Checa.

Si alquilar un coche no entra en vuestros planes también se puede llegar mediante transporte público. Primero habría que ir hasta Olomouc en tren y allí tomar un autobús hasta el pueblo de Bouzov. 

La visita de esta fortaleza es algo complicada, lo primero es que para poder visitar el castillo completo habría que hacer varias visitas guiadas que se ofertan en la página web, hasta 6 recorridos distintos. No se puede visitar libremente, sólo acompañados por un guía. Además, solo se pueden realizar en checo, aunque te dejan unas transcripciones en inglés de lo que se irá explicando en cada lugar del recorrido.

Si te gustan las alturas, hay un recorrido llamado “A vista de pájaro” que sube hasta la gran torre de 61 metros para tener unas vistas increíbles del lugar.

Bueno esto es lo que ofrece la página web del castillo, pero cuando llegué allí me encontré un panorama algo distinto. Solo se podía realizar una de las visitas, la más general, que recorre varias estancias del castillo donde se ve la decoración y el mobiliario de distintas épocas, siendo la mayor parte de los cabaleros teutones.

Una vez comprada la entrada en el primer patio del castillo, el grupo de visita nos espera justo enfrente del puente para cruzar juntos el foso y adentrarnos en la fortaleza. Nuestro tour comenzó por las estancias privadas del archiduque Eugene, donde destaca el estudio, con diversos adornos de marfil, y la habitación, con cuadros de los dignatarios de la Orden Teutónica y del propio Archiduque. Tras esto pasamos por una oficina y llegamos hasta el comedor del Gran Maestre, con muchos objetos que pertenecieron a Eugene y pinturas y esculturas bíblicas más antiguas.

La Sala de las Columnas que viene a continuación es una de las más interesantes desde el punto de vista arquitectónico. La bóveda se encuentra soportada por una columna central y hay distintas tallas que representan las nacionalidades contra las que luchó la Orden a lo largo de su historia: turcos, polacos, lituanos y eslavos; así como dos pinturas que representan el nacimiento de Cristo y la adoración de los tres reyes, además de otras escenas bíblicas por toda la sala.

El recorrido nos lleva después a las habitaciones de los invitados, la galería de tiro, almenas, miradores y torres de vigilancia, manteniendo los sistemas defensivos típicos de la Edad Media; y el ala del corredor de Elisabeth, nombrada en honor a la madre del Archiduque que, sin embargo, murió antes de que el palacio fuera reconstruido. También veremos gran cantidad de adornos como unas lámparas hechas de cuernos de ciervo.

Después vendría la habitación del Gran Maestre con grandes e impresionantes pinturas, pero lo que más llama la atención son las pieles de oso polar que se encuentran en la habitación como alfombras. El Archiduque Eugene tenía unos osos que recibió como regalo de un duque austriaco y dos más que compró del zoo de Praga, pero que tuvieron que ser sacrificados tras volverse muy agresivos y atacar a los cuidadores. En fin…

Tras pasar por alguna sala más llegamos a uno de los lugares más bonitos del castillo, la Capilla, construida en siglo XIX en estilo neogótico. Destaca en su interior el altar que data del siglo XV, y 6 lápidas que pertenecen a los Maestros de la Orden que la lideraron del siglo XIV al XVI. Cuando entramos a la capilla nos recibió una joven que tocaba una melodía que se podría calificar como celestial, nos quedamos allí casi embobados mientras terminaba su canción.

La Armería es la última sala de nuestro tour por el castillo, tiene armas y objetos que se encontraron en la fortaleza durante su última reconstrucción (la mayoría de la Guerra de los Treinta Años), dos pequeños cañones, una armadura del siglo XV y un antiguo bazuca.

Una vez acabada la visita merece mucho la pena dar un paseo por los bosques de alrededor, y contemplar el castillo también desde fuera una vez conocido lo que esconde en el interior.

Aquí termina este post sobre mi visita al impresionante castillo de Bouzov. Anímate a recorrer este tipo de lugares alejados de las recomendaciones comunes, seguro que te encanta. 

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